Disponible en vídeo subtitulado: Ver vídeo

Había una vez, en un mundo paralelo al nuestro, un lugar donde la información era el recurso más valioso. Este mundo, conocido como Relationalia, estaba lleno de datos de todo tipo: nombres, números, fechas, descripciones, imágenes, sonidos y mucho más. Pero había un problema: estos datos estaban dispersos y desorganizados, lo que hacía difícil encontrar la información necesaria en el momento adecuado.

Fue entonces cuando apareció un sabio, conocido como el Arquitecto de Datos. El Arquitecto tenía una visión: un mundo donde la información estuviera organizada y fácilmente accesible. Para hacer realidad esta visión, el Arquitecto creó las bases de datos.

Una base de datos, explicó el Arquitecto, es como una gran biblioteca. Pero en lugar de libros, una base de datos almacena datos en una estructura organizada y sistemática. Al igual que una biblioteca tiene estanterías, secciones y catálogos para ayudar a los lectores a encontrar los libros que buscan, una base de datos tiene tablas, filas y columnas para organizar los datos.

«Imaginemos», comenzó el Arquitecto, «que cada tabla en nuestra base de datos es una entidad. Una entidad puede ser cualquier cosa que podamos imaginar. Puede ser una persona, un lugar, un objeto, un evento… Cualquier cosa que tenga información asociada que queramos almacenar y organizar».

«Por ejemplo, una entidad podría ser un coche. Los atributos de este coche, los detalles que describen características específicas de la entidad, podrían incluir el color del coche, la marca, el modelo, el año de fabricación, el número de matrícula, y así sucesivamente. Cada uno de estos atributos se almacena en una columna dentro de la tabla ‘coche'».

«Otra entidad podría ser una casa. Los atributos de la casa podrían incluir la dirección, el número de habitaciones, el tamaño en metros cuadrados, el tipo de propiedad (por ejemplo, si es una casa adosada, un apartamento, etc.), y más. Cada uno de estos atributos se almacena en una columna dentro de la tabla ‘casa'».

«Y no olvidemos las relaciones. Las relaciones son las conexiones entre las entidades. Por ejemplo, una persona puede ser propietaria de un coche y de una casa. En nuestra base de datos, tendríamos una relación entre la tabla ‘persona’, la tabla ‘coche’ y la tabla ‘casa’ para reflejar esta propiedad».

El Arquitecto también explicó que las bases de datos no sólo almacenan datos, sino que también permiten realizar operaciones con ellos. Podemos buscar datos específicos, añadir nuevos datos, modificar datos existentes o eliminar datos que ya no necesitamos. Todo esto se hace mediante un lenguaje especial llamado SQL, que aprenderemos más adelante en nuestra aventura.

Al final del día, el Arquitecto de Datos había terminado su explicación. Los habitantes de Relationalia estaban asombrados. Con las bases de datos, podían organizar su valiosa información de una manera que nunca antes habían imaginado. Sabían que este era sólo el comienzo de su viaje en el mundo de las bases de datos, y estaban emocionados por lo que vendría a continuación.

Vídeo del Capítulo 1

Capítulo siguiente